¿Qué es un vídeo ‘deepfake’?
Más peligrosos que las famosas ‘fake news’, los ‘deepfake’ son vídeos manipulados usando técnicas de inteligencia artificial. El resultado es extremadamente realista.
Existe una preocupación creciente por el aumento progresivo de las expresiones, de deepfake, realizadas con programas cada vez más accesibles y fáciles de usar, al alcance de cualquiera que quiera producirlos con fines de entretenimiento, acoso, chantaje, propagandísticos, para construir una crítica política o para generar desinformación o fake news.
El objetivo de este estudio es crear un escenario sociomediático que permita comprender y analizar la complejidad del deepfake como un fenómeno tecnológico, cultural, legal y ético.
Las principales preocupaciones provienen del ámbito de los medios de información, medios y plataformas digitales, redes sociales, los ámbitos del poder político, la legislación, la ética y la tecnología para la detección de deepfakes, entendidos como documentos falsos o falsificados que se hacen pasar por auténticos, y que pueden tener un amplio alcance mediático.
Se trata de un fenómeno emergente en el campo del audiovisual y por lo mismo plantea problemáticas también emergentes que no habían sido tecnológicamente gestionadas, culturalmente asimiladas o legisladas.
Las preocupaciones son principalmente de tipo ético, político, legal y tecnológico, se fundan en el hecho de que los deepfakes minan la credibilidad de los documentos audiovisuales, principalmente videos, como medios de información o certificación de hechos, poniendo en entredicho su veracidad o generando riesgos de desinformación, difamación o chantaje.
Los deepfakes son la punta del iceberg de lo que pasará con la imagen y cualquier otro soporte de contenidos en el universo digital y sobre todo, en la lógica de la construcción de discursos falsos y mal intencionados en la laberíntica trama de las prácticas de la posverdad.
Comenzaron siendo vídeos porno a los que un usuario de la red Reddit añadía caras de actrices famosas. Este hacker utilizaba el alias Deepfake, un término que proviene de las palabras fake (falso) y deep learning (aprendizaje profundo, una técnica de aprendizaje automático usada en inteligencia artificial), y lo llamativo del asunto fue que solo necesitó su ordenador personal y el algoritmo de aprendizaje automático para dar el salto de la manipulación de imágenes fijas al vídeo con resultados profesionales y extremadamente realistas.
Después de Deepfake, otro usuario llamado Deepfakeapp publicó una aplicación que permitía a cualquier novato informático manipular vídeos, una herramienta diseñada especialmente para las llamadas pornovenganzas, es decir, la publicación no autorizada y malintencionada de imágenes comprometidas de ex-amantes.
Según el último informe elaborado por Deeptrace, el 96% de los vídeos falsos siguen siendo de carácter pornográfico, pero más allá del agravio personal que supone una pornovenganza, otro de los grandes problemas de los deepfakes es su uso para manipular la información, con consecuencias que pueden ser mucho más graves que una noticia falsa. Ya se sabe: una imagen vale más que mil palabras, es más real, y un vídeo se puede viralizar por todo el mundo en cuestión de minutos.
En el año 2018, un vídeo en el que un supuesto Barak Obama llamaba imbécil a Trump dio la vuelta al mundo. Se trataba de una grabación falsa en la que el actor Jordan Peele y el CEO de Buzzfeed Jonah Peretti intentaban concienciar del peligro de la información no verificada y de los deepfake.
En el año 2018, un vídeo en el que un supuesto Barak Obama llamaba imbécil a Trump dio la vuelta al mundo. Se trataba de una grabación falsa en la que el actor Jordan Peele y el CEO de Buzzfeed Jonah Peretti intentaban concienciar del peligro de la información no verificada y de los deepfake.
Ese mismo año, como indica este artículo de Nobbot, la agencia de noticias china Xinhua presentó la versión digital de un conocido presentador de noticias, del cual se copiaron los movimientos faciales, la voz y los gestos: el primer locutor de noticias falso.
El equipo de Deeptrace también se hace eco de dos casos de vídeos falsificados en Gabón y en Malasia que no han trascendido en Occidente pero que habrían tenido impacto en la esfera política. Uno estaba relacionado con un intento de golpe de estado militar y es un indicador muy poderoso de cómo las falsificaciones ya están desestabilizando procesos políticos y pueden poner en riesgo, incluso, la integridad de muchas democracias del mundo.
¿Cómo se verifica un deepfake?
Ante la avalancha de noticias falsas y de vídeos manipulados con resultados tan realistas, la tarea periodística de la verificación de los datos y las fuentes es más necesaria que nunca. Además de estar surgiendo medios especializados en desmontar bulos y falsas informaciones que circulan por la red, muchas redacciones están incorporando mecanismos avanzados de verificación y ofreciendo cursos y formación a sus trabajadores que también abarcan la formación en inteligencia artificial, pues este conocimiento ayuda no solo a detectar bulos, sino también a conocer los límites de la manipulación.
En todo caso, uno de los primeros pasos a la hora de contrarrestar un vídeo o una imagen es verificar la fuente: ¿quién ha enviado esto? ¿Es fiable? Rastrear el camino del supuesto deepfake, ver dónde se compartió por primera vez y quién lo publicó son algunos pasos básicos que hay dar siempre y que no requieren un conocimiento avanzado, tan solo sentido común.
El problema es que, aunque se desmienta una noticia o un vídeo falso, en muchas ocasiones el mal ya está hecho. Un estudio publicado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts revelaba que las noticias falsas se extienden mucho más rápido que las verdaderas y tienen un 70% más de posibilidades de ser replicadas.
Una de las explicaciones es que lo que compartimos en redes sociales tiene mucho más que con las emociones, y parece que somos más proclives a difundir noticias que nos causan enfado, como sucede con la mayoría de fake news. Así, que, antes de darle al botón de compartir o retuitear sin haber profundizado en la información, piénsalo dos veces: podrías estar contribuyendo a viralizar noticias falsas.
Dos aplicaciones para crear tus propios “deepfakes”
Morphin
La primera de ellas es Morphin, un creador de GIFs de nueva generación que permite a los usuarios infiltrarse en sus GIFS favoritos, convirtiéndote en el centro de atención. La nueva versión cuenta con etiquetas de búsqueda, GIFs en alta resolución y un aspecto más elegante. A diferencia de otro tipo de apps de este estilo, Morphin utiliza la tecnología CGI para recrear completamente la imagen el usuario.
De esta manera te podrás convertir en Tony Stark mientras se pone el traje de Iron Man, meterte en la piel de Obama mientras suelta el micrófono o tener tu propia skin de Fortnite, entre otros. Como ya hemos mencionado, el punto destacable de esta aplicación, y que la diferencia de las demás, es que Morphin genera todo el clip desde cero con animación CGI, por lo que se aprecia a primera vista que no son copias manipuladas de un video original pensada para engañar a alguien, como los “deepfakes”.
Gratuita, para iPhone y Android y, en principio, sin anuncios. Morphin es una aplicación que tiene como lema “sé el GIF”. Su misión, integrar tu cara o una fotografía cualquiera en una animación GIF de las muchas que puedes encontrar en redes sociales.
Todo gira entorno a tu rostro. A partir de una imagen, recrea tu cara y la coloca donde quieras, tanto en imágenes estáticas como en animaciones. Depende del caso quedará mejor o peor, pero en general el resultado es divertido. Además, puedes buscar escenarios donde integrarte gracias a su buscador integrado
Reface / Doublicat
Un creador de GIF de intercambio con Inteligencia Artificial y que te ofrece un meme personalizado en tan solo cinco segundos. Al igual que ocurre con la anterior aplicación, con REFACE también podrás compartir tus creaciones, ya sean horribles o no, con tus amigos y seguidores a través de las redes sociales.
Si buscas algo más elaborado o realista tenemos Reface, que antes se llamaba Doublicat. También para iPhone y Android, la app es gratuita con limitaciones, financiándose mediante publicidad y con pagos para usarla sin límites.
Familiar
Hace tiempo hablé de Familiar, otra app móvil con la que realizar deepfakes o face swaps colocando tu cara en animaciones GIF.
Disponible para iPhone y Android, su funcionamiento es similar al de las aplicaciones anteriores. Eliges tu cara a partir de una fotografía guardada o realizada al momento y luego la combinas con un GIF de entre los que ofrece la propia aplicación.
El resultado puede variar. En ocasiones deberás intentarlo varias veces hasta lograr un deepfake en condiciones. En cualquier caso, te vas a echar unas risas experimentando con Familiar.
DeepFaceLab
Pero si quieres crear deepfakes profesionales, DeepFaceLab es la solución. Este software para Windows y Linux es el responsable de más del 95% de deepfakes que encontrarás en internet, según sus responsables. Y lo mejor es que es gratuita.
Eso sí, su uso no es tan simple como las aplicaciones móviles que hemos visto. Se trata de un software que permite emplear tus propios vídeos y que requiere que proceses la imagen a incluir marcando los bordes de manera manual.
Con pericia y paciencia, DeepFaceLab te ayudará a generar deepfakes muy logrados que podrás subir a YouTube o a Facebook. Y para ayudarte, la página oficial cuenta con varios tutoriales y documentación de ayuda.
FaceSwap
Y terminamos esta selección con FaceSwap, un software de deepfakes repleto de opciones para crear vídeos muy realistas como ocurre con propuestas como DeepFaceLab.
Puedes descargar FaceSwap tanto en Windows como en Linux. La app es gratuita y de código abierto, de manera que puedes usarla libremente. En caso que tengas dudas, la página oficial dispone de varios tutoriales y guías. También tiene un foro donde resolver dudas.
FaceSwap permite personalizar y afinar el retoque con sus muchos controles y funciones. Requiere tiempo sacarle partido pero los resultados no defraudan.