domingo, 17 de mayo de 2020

Hambre de abrazos y besos digitales: cómo se virtualizaron las relaciones tras la pandemia

Hambre de abrazos y besos digitales: cómo se virtualizaron las relaciones tras la pandemia

Desde que se instaló el aislamiento social se registró un importante aumento en las videollamadas, el punto de encuentro obligado para tener reuniones laborales y sociales. En el Marco del Día Mundial de Internet, un análisis sobre el impacto que esto está generando en la sociedad




Hoy, en el marco de las medidas de distanciamiento social que llegaron de la mano de la pandemia, los abrazos se han reducido. Se han convertido en una costumbre en desuso, en un bien escaso. Los abrazos, los besos, las palabras, los intercambios, en síntesis, se han virtualizado. Y los números dan cuenta de esto:

Se estima que el tráfico de internet en el mundo incrementó, en promedio, un 25% desde que se comenzaron a implementar medidas de aislamiento social a raíz del coronavirus, según datos recopilados por el sitio Statista. En el caso de Argentina, en los últimos dos meses se registró un aumento del 35% respecto de la media de febrero, de acuerdo con Cabase a partir de los datos que circulan por los 30 IXP Regionales (Internet Exchange Points) que integran la red nacional.

¿Qué fue lo que más aumentó? En el mundo se incrementaron las búsquedas en internet sobre temas vinculados al coronavirus, tal como reporta SimilarWeb. La gente busca entender cómo es la enfermedad, el avance de la pandemia y se pregunta cuándo llegará la vacuna. Pero eso no es todo: en el ciberespacio uno hubo marcado incremento de las videollamadas. Y esto no sorprende: las relaciones se han virtualizado. Las reuniones laborales, las clases, las transacciones comerciales, las charlas entre amigos, el sexo. Todo (o casi todo) se ha trasladado en mayor o menor medida al espacio virtual. Un fenómeno que hoy, en el marco del Día Internacional de Internet, vale la pena analizar.

Las videollamadas

“Si este fenómeno universal cambiará nuestra vida en general, ¿cambiará también nuestra forma de vincularnos? ¿Cómo llegamos a este nuevo normal?”, se pregunta Claudio Waisburg, neurólogo, director del Instituto Neuropediátrico Soma, en diálogo con Infobae.

Una de las cosas que se modificaron con la pandemia fue el tiempo que se pasa frente a pantalla. Desde el inicio de la cuarentena obligatoria, las herramientas de videollamadas tuvieron un alza en torno al 4360%, según datos aportados por una de las principales empresas de telefonía local.

“Ante la falta de contacto, se puede engañar al cerebro a través de la tecnología”, dice el especialista y remarca que en este contexto es importante mantener una vía de comunicación aunque más no sea virtual. “Debemos abrazarnos más virtualmente con nuestras familias amigos y vínculos. El virus y su cuarentena no debe afectarnos en nuestra socialización. Debe ser confinamiento físico y no social”, analiza.

La psicóloga Fernanda Rivas, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (AP), comparte un análisis en línea con esa visión. “La vida virtual hoy nos presta un gran auxilio. Es el recurso que tenemos y debemos considerar lo que sí nos proporciona, no aquello que le falta. Sobre todo sabiendo que es algo temporal y que el día de mañana podrá complementar los encuentros cara a cara o, en algunos casos, hasta podrá elegirse como vía de comunicación”.

Y remarca que, a futuro, esta tendencia a virtualizar encuentros, reuniones o recitales podría llegar para quedarse, al menos en determinados contextos. “Paradójicamente comprobamos que -habiéndose instalado la 'moda’ de los encuentros virtuales y dándonos mayor 'permiso’ de utilizarlos- podremos tener acceso a personas y eventos que suceden en lugares lejanos, con frecuencias que antes no imaginábamos. Considero que se trata de la instalación de una nueva era en materia de comunicación humana”.

 
Hambre de abrazos y resiliencia

El nuevo coronavirus puede haber llegado para quedarse, según advirtió esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto quiere decir que el virus podría convertirse en endémico como ocurre con el VIH, que existe y persiste hace cuatro décadas y que llevó a que aprendamos a convivir con el virus. Hoy, la enfermedad que desarrolla, cuando es tratada con los medicamentos adecuados se puede sobrellevar de forma crónica.

Quizás haya que aprender a convivir con el coronavirus, según advierten los especialistas. El virus comenzó a circular apenas hace unos meses, con lo cual es difícil hacer predicciones a largo plazo o tomar resoluciones concluyentes. Estamos transitando momentos de incertidumbre y eso requiere resiliencia.

“Los seres humanos, como especie, contamos con mecanismos que nos permiten superar adaptativamente las situaciones de adversidad. Uno de ellos, que será especialmente importante en los tiempos que vienen, es la resiliencia, más específicamente la neuroresiliencia. Necesitaremos ser resilientes para poder enfrentar el futuro, fortalecernos y superarnos en contextos adversos. Eso depende de nosotros, de cómo hemos aprovechado estos 50 y pico de días en mirar no solo para adelante, sino para adentro e introspectar. En definitiva depende de nuestra Actitud. No podemos cambiar lo que nos pase, pero sí la manera en la que encaramos lo que nos pasa, la actitud”, concluye Waisburg.

El Día Mundial de las Telecomunicaciones

El Día de Internet, también conocido como Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, se celebra todos los años el día 17 de mayo para promover la importancia de la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y la necesidad de poner el foco acortar la brecha digital porque quien queda fuera del mundo virtual queda fuera del sistema. Y hoy, más que nunca, eso queda a la vista.
En este sentido, cabe recordar que un 53,6% de la población está conectada según el último informe de Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Esto quiere decir que unas 3.600 millones de personas todavía no tienen acceso a internet y la mayoría de esa gente reside en la zona de Asia Pacífico y África.