viernes, 6 de marzo de 2015

Clasificación de las redes sociales



Clasificación de las Redes Sociales

Bienvenidos a la nueva comunicación, las redes sociales la nueva estructura de nuestra sociedad moderna
Clasificación de las redes sociales

Las redes sociales han existido desde el comienzo de los tiempos. 
En cambio, la digitalización de éstas es muy reciente y en poco tiempo se han convertido en el fenómeno mediático de mayor envergadura. Para comprender la nueva realidad social debemos conocer en profundidad los diferentes tipos de redes sociales digitales en adelante, redes sociales que operan en la Red. Mencionaremos la siguiente clasificación:


Por su público objetivo y temática:


1) Redes sociales Horizontales: Son aquellas dirigidas a todo tipo de usuario y sin una temática definida. Se basan en una estructura de celdillas permitiendo la entrada y participación libre y genérica sin un fin definido, distinto del de generar masa. Los ejemplos más representativos del sector son Facebook, Orkut, Identi.ca, Twitter.


2) Redes sociales Verticales: Están concebidas sobre la base de un eje temático agregado. Su objetivo es el de congregar en torno a una temática definida a un colectivo concreto. En función de su especialización, pueden clasificarse a su vez en:

3) Redes sociales Verticales Profesionales: Están dirigidas a generar relaciones profesionales entre los usuarios. Los ejemplos más representativos son Viadeo, Xing y Linked In.

4) Redes sociales Verticales De Ocio: Su objetivo es congregar a colectivos que desarrollan actividades de ocio, deporte, usuarios de videojuegos, fans, etc. Los ejemplos más representativos son Wipley, Minube Dogster, Last.FM y Moterus.

5) Redes sociales Verticales Mixtas: Ofrecen a usuarios y empresas un entorno específico para desarrollar actividades tanto profesionales como personales en torno a sus perfiles: Yuglo, Unience, PideCita.

Por el sujeto principal de la relación

A) Redes sociales Humanas: Son aquellas que centran su atención en fomentar las relaciones entre personas uniendo individuos según su perfil social y en función de sus gustos, aficiones, lugares de trabajo, viajes y actividades. Ejemplos de este tipo de redes los encontramos en Koornk, Dopplr, Youare y Tuenti

B) Redes sociales de Contenidos: Las relaciones se desarrolla uniendo perfiles a través de contenido publicado, los objetos que posee el usuario o los archivos que se encuentran en su ordenador. Los ejemplos más significativos son Scribd, Flickr, Bebo, Friendster, Dipity, StumbleUpon y FileRide.

C) Redes sociales de Inertes: Conforman un sector novedoso entre las redes sociales. Su objeto es unir marcas, automóviles y lugares. Entre estas redes sociales destacan las de difuntos, siendo éstos los sujetos principales de la red. El ejemplo más llamativo es Respectance.


Por su localización geográfica

A) Redes sociales Sedentarias: Este tipo de red social muta en función de las relaciones entre personas, los contenidos compartidos o los eventos creados. Ejemplos de este tipo de redes son: Rejaw, Blogger, Kwippy, Plaxo, Bitacoras.com.

B) Redes sociales Nómadas: A las características propias de las redes sociales sedentarias se le suma un nuevo factor de mutación o desarrollo basado en la localización geográfica del sujeto. Este tipo de redes se componen y recomponen a tenor de los sujetos que se hallen geográficamente cerca del lugar en el que se encuentra el usuario, los lugares que haya visitado o aquellos a los que tenga previsto acudir. Los ejemplos más destacados son: Latitud, Brigthkite, Fire Eagle y Skout

Soy de los que consideran que una de las primeras redes sociales digitales en consolidarse fueron los MMORPG. Por lo tanto, creo que también se podría añadir la plataforma como factor diferenciador de redes sociales. Así, añadiría:

Por su plataforma

1) Red Social Metaversos: Normalmente construidos sobre una base técnica Cliente-Servidor WOW, SecondLife, Lineage, Gladiatus, Travian y Habbo.

2) Red Social Web: Su plataforma de desarrollo está basada en una estructura típica de web. Algunos ejemplos representativos son: MySpace, Friendfeed y Hi5.

7 trucos sencillos para escribir bien en Twitter

7 trucos sencillos para escribir bien en Twitter




Escribir un tuit que sea valorado va más allá de no pasarse de 140 caracteres.
Sabemos que un mensaje enviado a través de Twitter no puede tener más de 140 caracteres, pero al margen de la longitud, si quieres que tus seguidores valoren tus mensajes hay otros elementos que tienes que considerar al escribir algún comentario en esta red social.
Fue la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores después de analizar más de 43.000 comentarios en los que se decía si valía la pena –o no- leer un tuit compartido por algunas de las personas que siguen en Twitter.


"No con mucha frecuencia encontramos a seguidores que aprecien un tuit. Consideran que hay una gran cantidad de contenido que no vale la pena leer, por diferentes razones", explica Michael Bernstein, profesor de Ciencias Computarizadas de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, e integrante del equipo que realizó el estudio.
En la investigación titulada "¿A quién le importa un tuit? se analizaron más de 21.000 cuentas de Twitter. Además de Bernstein, también participaron especialistas de las universidades de Carnegie Mellon y el Instituto de Tecnología de Georgia, en EE.UU., y de Southampton, en el Reino Unido.
Así que si quieres que los comentarios de tus seguidores con respecto a tus tuits sean positivos, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
No personalizar. Los usuarios entrevistados para el estudio expresaron su desagrado con quienes compartían información acerca de su vida personal. Por ejemplo, uno de los participantes comentó: "No me interesa lo que la gente está comiendo", aludiendo a un tuit referido a ese tema.
Sin quejas ni saludos. Los mensajes que expresaban desagrado o molestia con algo tampoco fueron muy bien recibidos. Lo mismo ocurrió con tuits como: "Hola Twitter". Para los usuarios, este tipo de mensaje no tiene contenido, lo consideran aburrido e inútil.

No se debe abusar de los #. 
A la caza de la novedad. Twitter es considerado por quienes lo utilizan como un medio de información en tiempo real, y por esta razón, esperan encontrar información actualizada, no referencias a algo que ocurrió con anterioridad.
Los tuits que vale la pena leer, según los participantes en el estudio, son informativos. Y 48% estuvo de acuerdo con respecto a este punto. Reaccionaron con comentarios como: "Sí, vi eso a primera hora de la mañana" o "He leído el mismo tuit tantas veces…".
Contenido original. Aparte de considerar el aspecto noticioso referido previamente, uno de los elementos que más importancia tiene para los participantes es la creatividad en la forma en que estructura el tuit. No se trata de repetir lo que otros ya han comentado, sino de aportar algo adicional.
Consideran que vale la pena leer aquellos que les permiten aprender, que causan intriga y que los invitan a averiguar más acerca del tema que se menciona. Al respecto hicieron comentarios como los siguientes: "Este titular me llama la atención", "no sabía que esto estaba pasando, gracias por darme la información".
También fueron recibidos positivamente los tuits estructurados en forma de pregunta.




El mensaje a transmitir tiene que ser muy claro.
Claridad. Un elemento muy valorado es la facilidad con la que se puede entender un mensaje. Comentarios sin contexto, crípticos o difíciles de entender, fueron evaluados negativamente.
Dentro de esta categoría se incluye compartir enlaces, entradas de blogs o fotos sin ninguna información adicional.
No abusar del símbolo de @ ni del #.
  El uso excesivo de la arroba y del hashtag se convirtió en una fuente constante de molestia entre quienes participaron en la investigación. "Muchos #, no puedo encontrar el contenido", fue el comentario generalizado.
En lo que respecta a la @, la gente expresó su preferencia por el uso del mensaje directo o de la respuesta dirigida a esa persona utilizando @nombre del usuario, en vez de mencionarlo en el tuit.
Espacio para lo gracioso. Los mensajes que incluían algo cómico también fueron bien evaluados. Los investigadores descubrieron que el humor es una buena opción para compartir reflexiones y opiniones.

Qué convierte a una historia en un viral



Qué convierte a una historia en un viral


Existen conexiones en el cerebro capaces de anticipar si un contenido publicado será visto por millones de personas. Los expertos coinciden que la brevedad, la concisión y apelar a los sentimientos pueden ayudar a la propagación de ideas a través de internet




Internet lo ha cambiado todo. De cabo a rabo. Los nuevos medios digitales y las redes sociales han ayudado a divulgar acontecimientos con la rapidez que el fuego quema la pólvora. Y eso se aprecia incluso en las relaciones personales. Es difícil intuir si la leyenda urbana en torno a la historia de Ricky Martin y un simpático perro sería ahora un imposible o si, por el contrario, aquel bulo se hubiese amplificado aún más.

Pero lo cierto es que vivimos desde hace años en una sociedad construida a base de «memes» y de virales, en donde los vídeos de gatos son la línea que traza la diversión de la pérdida de tiempo. Y, por extraño que parezca, hay un número mayor de personas que conocen la peripecia de aquellos niños que sorprendían a su padre con la cara pintada que las últimas proclamas de cualquier dirigente político. Ahora, los mensajes se intentan diseñar de forma que incentive a la gente a compartirlos en redes sociales.


Pero, ¿qué hace a un contenido viral? ¿Por qué nos gusta tanto un tipo de mensaje en concreto? ¿Qué nos impulsa a compartir un determinado mensaje? «Replicar contenidos es una aplicación básica en las redes sociales, es una forma fácil de comunicar algo sin producirlo uno mismo. Al hacerlo te estás identificando con esa información, es como una seña de identidad. En las redes sociales nos definimos por lo que compartimos», explica al diario ABC Javier de Rivera, sociólogo especializado en la Sociedad Digital.


Contenido y continente

Poco importa el envoltorio si lo que ello contiene es más de lo mismo. ¿Qué tipo de mensajes son los que más se comparten? Los de humor («Es fundamental, a todos nos gusta»). Pero también se deslizan otros contenidos de tinte político o deportivo «que identifican al usuario con una causa o una ideología que le gusta», dice. La arquitectura y filosofía de cada red social también influye, necesariamente, en la divulgación de los contenidos de una manera u otra. «Cómo esté diseñada la red social importa a la hora de compartir contenidos».


En la red de «microblog» Twitter, con casi 300 millones de usuarios, se comparte mucha información y muy rápido, mientras que el reguero de contenidos es más calmado en Facebook, la red social más potente del mundo con casi 1.400 millones de usuarios. Esta última cuenta con un algoritmo que selecciona y ofrece el contenido de la gente con la que más interactúas para evitar la sobrecarga de información. «No lo controlas tú y no se sabe cómo funciona», lamenta este experto. De hecho, abundan las críticas por falta de transparencia de la compañía de esta plataforma social que, sin ser pionera, lo ha cambiado porque detectó que había gente que se hartaba de la Red por sobrecarga de información».

En esa misma línea ahonda Manuel Moreno, bloguero y autor de «El Gran Libro del Community Manager» al considerar que somos lo que publicamos.. «Cualquier red social es un reflejo de la vida diaria. En tu vida no decides compartir un mensaje corporativo, pero sí una historia que conmueve o que te hace gracia», señala a este diario.

Los expertos coinciden en que la brevedad, la concisión y los temas divertidos son las principales claves para que un contenido se convierta en un viral. No hay garantías, pero la mayoría de esos vídeos que todo el mundo ha visto comparten una misma filosofía. «Muchas veces es, sobre todo, apelar a los sentimientos y emociones», explica a este periódico. A su juicio, la mayoría de usuarios detectan un motivo corporativo en los intentos de vídeos virales creado por determinadas empresas, que buscan llegar al gran público por la vía de internet.

Existe el odio y el desapego, claro, pero las publicaciones más repetidas tienen un cariz de alegría desbordante. «Las redes están diseñadas para atraer al usuario. Por eso se incentiva mucho lo positivo y se dificulta mucho el negativo. Si alguien te molesta en la red, fácilmente lo puedes bloquear, cuando en la realidad es al revés, son más comunes las molestias que las palmaditas en la espalda», matiza De Rivera, al tiempo que confirma una sospecha: «Es una dinámica muy propia del mercado», como la comida con mucho azúcar. «Hasta que no se desarrollen hábitos de consumo saludables».

«Buscamos en las redes 'sociables' (sic) construir credibilidad a los ojos de nuestro círculo social, ser vistos no sólo como buenas personas sino también como expertos en determinadas áreas. Si antes la compra de determinados productos, entre otras, era la forma más fácil de identificarse con el grupo (y sus elementos distintivos), en una época de vivencia permanente en los espacios públicos, compartir contenidos es la manera más eficiente de modelar la forma en la que los demás nos construyen», escribe Dolors Reig, psicóloga social y autora de «Los jóvenes en la era de la hiperconectividad: tendencias, claves y miradas».


Somos lo que publicamos

Es la espontaneidad la que mueve a la mayoría de usuarios de redes sociales a escribir o no un mensaje o promocionar al vecino virtual. Los expertos recomiendan que antes de compartir una información es necesario pensar qué estás diciendo de ti y qué puede aportar a la gente que te sigue, así como si estás influyendo en los demás y, sobre todo, qué interés tendrá para ello.

En el caso de Twitter, por ejemplo, esa brevedad es ún mayor, dada la arquitectura de la propia plataforma que no da pie a compartir información más allá de los 140 caracteres. Precisamente -puntualiza Moreno- es importante que para que un usuario «pueda retuitear un mensaje» hay que dejar espacio para que «incluso pueda incluir su propio comentario».

Este mismo aspecto se aplica a YouTube, plataforma de vídeos que continúa experimentando un notable crecimiento en los últimos meses a consecuencia de las velocidades que han alcanzado las conexiones a internet. El vídeo está cada vez más presente en nuestra vida. «Ver un vídeo no es lo mismo que ver una película. Estamos viviendo una etapa tan rápida que lo que queremos son contenidos rápidos», insiste Moreno.

¿Quiénes son, por tanto, los reyes de YouTube? 

Usuarios como el llamado «El Rubius», que acaba de superar los diez millones de suscriptores en su canal oficial, demuestra el poder de atracción de, sobre todo, las generaciones más jóvenes. «Hacen contenidos cercanos, hablan al usuario de tú a tú, se puede consumir rápido y, además, es divertido». Por eso -dice- «triunfan tanto los Gifs» que, pese a que parece que son contenidos muy primitivos y equivalentes a los inicios de internet «siguen atrayendo» porque «son una pequeña píldora de información» que nos ofrece un «contenido que los divierte».

 Las marcas no le sacan provecho

Pese al cariz que ha tomado los contenidos virales, las marcas todavía no han sabido sacarle provecho a los videos virales. «Queda mucho por hacer», lamenta. Las mayoría de las grandes firmas ya tiene presencia en redes sociales. El siguiente paso -dice- es que generen contenidos y produzcan sus propios virales que servirán, a su vez, para transmitir valores de la marca. Casos como el fabricante de coches Toyota es un claro de ejemplo de buen hacer en Vine, plataforma de microvídeos que ha creado tendencia. En solo seis segundos dedican muchos recursos para generar impacto.
 Los contenidos virales tienen un aspecto llamativo. Por más que los ves, nunca te cansas. «Si consigues llamar la atención no acabas cansando», agrega. «Ese contenido breve y divertido ayuda, pero el público no es tonto. Imagínate que haces un video similar al de la competencia; seguramente no vaya a viralizar. Hay que sorprender a la gente y darle valor añadido par que le ayude a compartirlo».

Al final, nos encontramos con la percepción de que somos lo que compartimos. «Debería pensarse que eres lo que publicas. Es verdad porque al final hablan de ti. Si compartes cosas divertidas, serás visto como una persona divertida. También hay que saber dónde se tiene que compartir cada cosa, ya que no es lo mismo compartir en Facebook o Twitter; cada uno tiene sus canales y su lenguaje», recuerda.


Conexión con el cerebro

De la adicción a la viralidad existe incluso una conexión científica, capaz de estudiarse a través de sus propios parámetros y variables. ¿Qué mensajes puede convertirse en viral en las redes sociales? ¿Este fenómeno puede preverse? ¿Cuál es el secreto para llegar a millones de personas? Un grupo de psicólogos de la Universidad de UCLA dieron un paso importante en 2013 hacia la respuesta a estas preguntas, identificando por primera vez las regiones del cerebro asociadas a la propagación exitosa de las ideas. Todo, a través de unos «zumbidos».


Según la investigación, publicada entonces en la revista «Psychological Science», se trata de la llamada unión temporoparietal (TPJ, por sus siglas en inglés), una región cerebral que se activa cuando vemos algo que creemos que vale la pena compartir. Los científicos comprobaron, no obstante, además que, cuanto más se activa esta zona más persuasivos somos a la hora de vender una idea. De esta manera, es posible que nuestros gustos y aficiones no influyan tanto como cabría esperar. La intensidad en el uso de Facebook de una persona también puede predecirse a través de su actividad cerebral. Según un estudio publicado en «Frontiers in Human Neuroscience», el núcleo accumbens (conjunto de neuronas localizadas en la profundidad del cerebro que procesa el placer relacionado con actos como la comida, el sexo, y el prestigio) muestra una mayor actividad cuando los usuarios de Facebook reciben respuestas positivas (los famosos «likes» o «me gusta») hacia sí mismos que cuando las reciben otras personas, incluidos sus amigos. Además, estas respuestas positivas predisponen al usuario a utilizar más una red social.

¿Puede el Gobierno descifrar tus mensajes de WhatsApp?



¿Puede el Gobierno descifrar tus mensajes de WhatsApp?

Reabierto el debate acerca de los accesos de los gobiernos a las comunicaciones de los ciudadanos en aras de prever ataques de los terroristas

¿Puede el Gobierno descifrar tus mensajes de WhatsApp?

José Andrés no sabe qué es eso de la encriptación. También desconoce el significado de descifrar los mensajes. Pintor y escultor de profesión, se declara incluso detractor de las nuevas tecnologías, pero ello no le exige de beneficiarse de la mensajería instantánea desde el móvil, gracias a lo cual ha mantenido largas conversaciones con amigos y le ha servido para ahorrar en llamadas telefónicas y mensajes de texto.


Su historia es una de las muchas que se encuentran en una sociedad cada vez más hiperconectada y en la que WhatsApp se ha erigido como rey de una nueva forma de comunicación interpersonal. Cuestionado hasta la saciedad, esta aplicación, ahora filial de un gigante sin patas llamadas Facebook, ha venido adoptando mejoras en seguridad en los últimos meses en aras de mejorar su sistema de encriptación de las conversaciones. De esta manera prometen- no hay forma de interceptar los mensajes.


En los últimos siglos, las sociedades occidentales se han agitado en los momentos en los que los respectivos gobiernos de turno intentaban desequilibrar la balanza de la seguridad nacional. Si la sensación de seguridad ciudadana implicaba una reducción de sus libertades, mal. Si se producía el efecto contrario, también desentrañaba los cuchillos de la crítica.

El debate actual acerca de una posible modificación del Tratado de Schengen, que permite la libre circulación de las personas en los territorios adscritos, llega en un momento crucial para la sociedad en la que las nuevas tecnologías lo ha impregnado todo. Tras los terribles atentados de París, que se saldó con la muerte de 17 personas a manos de unos terroristas islamistas, ha comenzado a pasear entre las altas esferas la posibilidad de introducir sus manos en el flujo conversacional que proporcionan los nuevos dispositivos móviles.

Para proteger este tipo de amenazas, las administraciones internacionales, encabezadas por las potencias EE.UU. y Reino Unido, han dejado caer la posibilidad de establecer nuevos cauces para acceder a las conversaciones de los ciudadanos. La comunicación ha adoptado nuevas formas en los últimos años y, como siempre que sucede en este tipo de casos, (pasó en Reino Unido y en Grecia, y el control por parte de regímenes como Corea del Norte es preocupante), las autoridades aseguran que no pueden evitar prever atentados sin tener completo acceso a las conversaciones de aquellos que planean atrocidades, como recuerda en un reportaje la cadena BBC.

Fuentes de la unidad de delitos telemáticos de la Guardia Civil consultados por ABC en anteriores ocasiones han reiterado que los protocolos de seguridad adoptados en los últimos tiempos por parte de las principales compañías de internet (Facebook, iMessage, WhatsApp, Twitter o Snapchat) les dificulta desencriptar los mensajes.

A España le ampara el artículo 18.3 de la Constitución Española, que regula el secreto de las comunicaciones, un aspecto que constata la Ley General de Telecomunicaciones (artículo 36), aunque introduciendo matices: «el cifrado es un instrumento de seguridad de la información». Sin embargo, sí deja escrito que en diversos casos (terrorismo, órdenes judiciales), se podrá imponer la obligación de facilitar a un órgano de la Administración General del Estado o a un organismo público los algoritmos o cualquier procedimiento de cifrado utilizado.

Rizando el rizo, el Primer Ministro británico, David Cameron, ha planteado una polémica propuesta, que puede volver a levantar ampollas. Su idea es abrir la puerta a la prohibición de estos servicios que circulan a través de las infraestructuras de internet. El primer ministro ha prometido que si los Conservadores ganan las próximas elecciones se encargará de hacer «una normativa exhaustiva que garantice un lugar seguro donde comunicarse».

Y es que las guerras han cambiado de territorio en los últimos años. La guerra se libra ahora en internet. Los ciberdelincuentes, financiados ya por países, mueven a nivel mundial más dinero que el narcotráfico. Y son capaces de perpetrar más daño que un arma, puesto que un ataque a las infraestructuras propias de una región o a los recursos básicos pueden destrozar no solo su economía. Por esta razón, las grandes potencias invierten capital (económico y humano) en desarrollar herramientas de ciberdefensa. El propio Barack Obama, presidente de EE.UU., ha anunciado reformas tras los ciberataques de Sony y al Pentágono. La ciberseguridad se expande.