Descubrimientos educativos sorprendentes durante la cuarentena
En estas semanas de confinamiento mundial por la COVID-19
se ha reflexionado aceleradamente acerca del sentido de la vida en casi todos
los ámbitos del quehacer humano. Y, lógicamente, también en el necesario
replanteamiento de la educación, en su caso.
Si se afirma, con buenas razones, que el virus lo cambió
todo, ¿cómo no va a cambiar la escuela? ¿Cómo se va a quedar sin responder a
las nuevas situaciones a las que se enfrenta la humanidad?
La
experiencia de las familias
Las familias han tenido oportunidad de conocer con mejor
y mayor criterio lo que sus hijos aprenden en el sistema educativo o, más
exactamente, lo que ese sistema les intenta enseñar. En unas ocasiones lo han
valorado positivamente, pero en otras no comprenden para qué tiene que recibir
su hijo determinados conocimientos que no entiende, que va a olvidar de
inmediato y que, además, no le son funcionales ni le van a servir para casi
nada a lo largo de su vida.
El profesorado
y las competencias
Por otro lado, el profesorado también se ha dado cuenta
de lo que es importante y lo que, realmente, tiene que pasar a un segundo
plano. ¿Por qué? Porque para el último trimestre del curso ha debido
seleccionar los aprendizajes que resultan esenciales para poder seguir adelante
el próximo curso sin mayores problemas.
Y, en efecto, ha “recortado” bastantes conocimientos que
podrá adquirir más adelante si, de verdad, ha conseguido las competencias
necesarias para ello.
Las
materias menos valoradas por el sistema
Por otro lado, hemos descubierto que las materias menos
valoradas en el sistema se han convertido en las más importantes para
sobrevivir durante los días de confinamiento.
Es decir, que la música, la plástica, la dramatización,
el deporte-educación física, la cocina, la literatura, el cine o el teatro
están contribuyendo positivamente al desarrollo personal de niños y adultos, a
la consecución de nuevos aprendizajes y competencias hasta ahora descuidados
institucionalmente y a la cooperación como base de la convivencia en familia.
La diversidad de talentos se valora ampliamente y, por lo
tanto, se confirma en la práctica diaria que el modelo educativo no se basa
solamente en las matemáticas y la lengua, sino en otras muchas facetas de la
vida que teóricamente están en el currículum, pero que no se atienden como se
debe.
Habilidades
desconocidas
Maestros y profesores están descubriendo habilidades en
su alumnado hasta el momento desconocidas y, por ello, no valoradas porque no
se reflejan formalmente en el currículum oficial. Las intervenciones que
realizan niños y niñas por videoconferencia para demostrar la realización de
los trabajos encargados dejan asombrados a padres, madres y profesorado en
general, por la soltura, el interés, el compromiso, la seriedad con que las
hacen.
Competencias de comunicación oral, de expresión
artística, de apreciación visual, de dominio digital, básicas para la vida
actual, se ponen de manifiesto ahora, aunque el sistema no las haya considerado
fundamentales para conseguir los aprobados necesarios y seguir adelante. Como
no se evalúan en exámenes escritos, a nadie le ha importado hasta ahora que se
dominen o no, que la persona se enriquezca con sus aportaciones.
¿Qué
cambio habría que hacer?
En consecuencia, ante los descubrimientos educativos que
estamos haciendo, parece imprescindible replantearse qué educación queremos
para las generaciones que actualmente están en procesos formativos, de manera
que las competencias, objetivos y contenidos sean los adecuados para el mundo
actual, a la vista de las incertidumbres agrandadas que se nos presentan ante
el futuro.
Todo ello implica nuevas estrategias de trabajo en el
aula (metodologías cooperativas, motivadoras, centradas en retos y problemas
actuales) y, por supuesto, diversificados modelos de evaluación.
Todo lo que hace nuestro alumnado ahora mismo en sus
casas, ¿se puede evaluar con un examen escrito? Familias, administradores de la
educación y profesorado deben asumir que ese no es el formato apropiado para
valorar los múltiples e interesantes aprendizajes que se realizan en las etapas
de escolarización obligatoria.
Propuestas
de futuro
Algunas propuestas para seguir avanzando hacia un sistema
más razonable podrían ser:
Podría parecer difícil poner en marcha esta innovación
profunda de la educación, pero hay que ser optimistas ante el desenvolvimiento
de la misma que se está produciendo en estos momentos, sin previo aviso ni
preparación de los agentes que intervienen en ella.
Adaptación
a la nueva realidad
Estamos en tiempos de cambio, disponemos de aportaciones
importantes de la psicopedagogía, de las neurociencias, de la ciencia y de
otros muchos enfoques válidos para afrontar un porvenir más sostenible y más
acorde con la realidad.
Hay que aprovechar las circunstancias, incluso las
adversas, como la situación actual, para mejorar la preparación de la
ciudadanía ante el futuro de la sociedad, cada día más incierto y desconocido.
La autora es profesora de la Universidad Camilo José Cela
y Directora del Instituto Superior de Promoción Educativa (Madrid)