¿Cuándo terminará de
morir el correo electrónico?
Su muerte se predice desde hace
años... Pero ahí está, tercamente llenándonos de mensajes irrelevantes. Y algún
que otro importante.
Para muchas personas, el email, o
correo electrónico, fue su primera experiencia de comunicación online, y al
principio parecía una nueva forma mágica de conectarse con el trabajo y la
casa.
Ahora parece un zapato viejo.
Nos dicen que los adolescentes
están usando de todo, desde Snapchat a WhatssApp, para comunicarse, que es
improbable que te respondan si les mandas un email. Algo que puedo confirmar
por mi experiencia personal.
Incluso en el trabajo, la
utilidad del email está siendo cuestionada cada vez más.
Soy de esos que parece pasar gran
parte del día borrando correos, así que decidí que era el momento de hacer una
auditoría. Mi objetivo era analizar el contenido de mi bandeja de entrada
(inbox) en el transcurso de un día y determinar qué tan útil era el correo
electrónico para mí y para quienes me escribían"
El volumen de mensajes es uno de
los problemas. La etiqueta de cómo escribirlos y quién debe recibir copia es
otra.
Algunas empresas han tomado
medidas para restringir el flujo. La fabricante de automóviles alemana Daimler
impide que sus empleados reciban mensajes cuando están de vacaciones, y la
firma de tecnología Atos incluso consideró prohibir el correo interno por
completo.
Soy de esos que parece pasar gran
parte del día borrando correos, así que decidí que era el momento de hacer una
auditoría.
Mi objetivo era analizar el
contenido de mi bandeja de entrada (inbox) en el transcurso de un día y
determinar qué tan útil era el correo electrónico para mí y para quienes me
escribían.
A continuación me haría la
pregunta de si consideraría la posibilidad de abandonarlo. 300 emails antes del
desayuno El día que escogí no fue particularmente movido, y con todo recibí un
total de 275 emails. De ellos, 70 eran mensajes internos, muchos de ellos
correos colectivos que me llegaban porque estoy incluido en una lista
particular. No menos de 19 discutían si se trataba del Año Chino de la oveja o
de la cabra.
Esto resultó gracioso al
principio, pero luego escaló y se volvió exasperante cuando todo el mundo copió
a todos en sus cavilaciones, hasta que tres personas le copiaron a todos un
correo en el que pedían que se detuviera la cadena.
Un caso clásico de mala etiqueta de correo electrónico.
Las compañías de relaciones
públicas intentan llamar nuestra atención, pero sin mucha técnica. De los cerca
de 200 correos que venían de afuera de la organización, muchos eran de listas a
las que me había suscrito en un pasado remoto y olvidado. No estoy seguro de
que todavía necesite el resumen de noticias de la OPEP sobre los precios del
petróleo, pero quizás el boletín de la industria de la música de Music Ally me
sirva para algo algún día.
Lo que está claro es que necesito
hacer una limpieza profunda para contener el flujo. Esto no va a acabar con el
torrente de mensajes de agencias de relaciones públicas decididas a venderme
historias que, están convencidos, la audiencia de la BBC necesita conocer. Conté
50 de estos, muchos relacionados con el congreso mundial sobre telefonía
celular que tendrá lugar en Barcelona. Lamentablemente, algunas de las personas
que los escribieron deberían tomar clases sobre cómo hacer un buen email.
"Estimado señor o señora" no es nunca un buen comienzo.
Cuando el email sigue con algo
como "un proveedor hardware de infraestructura COTS para telecomunicaciones
y redes de nube está demostrando nuevas soluciones de referencia NFV y
SDN-habilitadas en colaboración con socios de la industria durante el Mobile
World Congress", la única reacción posible es apelar al diccionario.
Incomunicación
Otros correos me preguntaban si
estaba "interesado en hablar sobre soluciones de mensajería de
empresa" o prometían traer emocionantes noticias sobre una compañía que
"ofrece una orquestación de políticas de seguridad a través de un esquema
automatizado y unificado de gerencia de políticas de seguridad a través de
plataformas heterogéneas".
La gran mayoría de estos mensajes
estaban muy mal escritos y muy mal enfocados. En un día cualquiera los hubiera
borrado sin apenas mirarlos.
Es difícil navegar entre tanta información.
Así que, para estas agencias de
relaciones públicas y sus clientes, el email es una herramienta muy poco
efectiva de comunicación.
Y, en general, encuentro que las
llamadas telefónicas, las redes sociales o -lo mejor de todo- los encuentros en
persona son mejores maneras de hacer contacto con organizaciones e individuos
con buenas historias que contar.
Dentro de mi organización hemos
experimentado con nuevas maneras para comunicarnos. La red social corporativa
Yammer prosperó ligeramente por un tiempo, pero no la he chequeado en años. A
veces usamos documentos compartidos de Google o cuadernos de Evernote para
coordinar historias específicas.
Los "titulares", o
mensajes de una línea, que aparece en nuestro sistema de mensajes de la
redacción central son la mejor manera de contactar a alguien en forma urgente. En
años recientes también hemos probado una app llamada Slack que se describe a sí
misma como una "plataforma para la comunicación de equipo", aunque mi
reacción inicial es que significa más mensajes que procesar cada día.
La joya en el basurero
¿Debemos abandonar el email para
siempre? Bueno, no; ciertamente no el corto plazo.
Una de mis mejores historias me llegó en un
email anónimo por parte de alguien que quería contarme algo que estaba pasando
dentro de su empresa. Y el email sigue siendo la red social esencial para la
mayoría de los negocios, así que no es práctico botarlo por la cañería
Entre toda la basura, los
mensajes mal enfocados, la habladuría incomprensible, de vez en cuando se
encuentra una verdadera joya. Y el email sigue siendo la red social esencial
para la mayoría de los negocios, así que no es práctico botarlo por la cañería.
Pero todos necesitamos mejorar nuestro uso del email.
Deben ser más cortos, con una línea
de "asunto" que funcione como un titular que le diga al destinario si
vale la pena o no leerlo. Y, sobre todo, necesitamos detenernos un segundo y
pensarlo dos veces antes de enviarle una copia a todo el mundo dentro de la
organización o a cada periodista que aparece en una lista de correo.
Ahora debo dejar de escribir. El
"ping" de mi computadora me avisa que me llegó otro correo. La señal
roja en mi bandeja de entrada a las 7.28am dice que tengo 190 mensajes sin
leer, y estoy seguro de que al menos uno de ellos contiene información vital.
Hora de ponerse a trabajar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario